Rafael César Llaque Linares
Egresado en el año 1974, con el Premio de Honor de la Escuela Nacional de Bellas Artes de Lima , se dedicó al arte desde su época escolar y continúa a la fecha como pintor consagrado; ha participado en exposiciones pictóricas individuales y colectivas tanto en el país como en el extranjero.
Formación
Nacido en la ciudad de Lima (1948), cursó estudios primarios en la Escuela América, secundarios en el colegio San Andrés culminándolos en el colegio HHMM Santa Rosa de Sullana , luego ingresó en la Universidad Nacional de Trujillo a la Facultad de Ciencias Biológicas, no obstante siguiendo el impulso de su auténtica vocación, simultáneamente inició estudios de pintura en la Escuela de Bellas Artes de Trujillo. En este período de formación es fuertemente influenciado, con su complacencia, por la tendencia indigenista imperante en dicha Escuela, dirigida por el Maestro Pedro Azabache.
Permanece en Trujillo hasta 1969, año en que decide trasladarse y matricularse en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Lima.
En la ENBA asiste al taller que dirige el reconocido pintor Milner Cajahuaringa y empieza a frecuentar a un grupo de estudiantes deseosos de trasladar sus inquietudes pictóricas hacia terrenos más libres que los de las aulas estudiantiles; el grupo funda un taller al que pone el simbólico nombre de Puka Punku (Puerta roja en idioma quechua) donde prolongan los jóvenes artistas sus horas de estudio, confraternizan y al mismo tiempo confrontan ideas.
Los integrantes de Puka Punku, dueños todos ellos de estilos y enfoques muy disímiles entre sí, sin que medie una declaración formal, propugnaban una vuelta a la figuración y al buen oficio, un poco a contrapelo de la tendencia imperante en la Escuela durante aquella década, signada por una franca tendencia al informalismo, al Pop y a otras corrientes de origen norteamericano.
Llaque, acomete una serie de paisajes y temas de inspiración provinciana, ligados aunque lejanamente a una concepción de tipo neo-cubista o neo-expresionista; utiliza una paleta más bien sobria y recurre a recursos técnicos propios que dan un aire particular a sus obras.
En 1974 egresa con el Premio de Honor de la Escuela Nacional de Bellas Artes y por entonces participa junto a los otros miembros del Grupo en numerosas muestras colectivas en Lima y en el interior del país.

Sobre su actividad artística profesional
“…En 1976 presenta su primera exposición individual en la Galería 9, donde su fuerte personalidad expresiva se ofrece en una serie de óleos integrados bajo el común denominador de una realidad precisa e individualizada. Pueblos, casas, personajes y naturaleza confluyen en su visión pictórica. La sobriedad colorística y formal comienza a destacar entre sus características. Es el tratamiento del paisaje urbano el que principalmente atrae su atención y en él, superando la anécdota destaca los valores volumétricos y va acentuando características cromáticas propias.
Numerosas exposiciones colectivas en el Perú y el extranjero se suceden así como una decena de muestras individuales que cimentan el prestigio de su obra. Participa en envíos a muestras colectivas en Ecuador, Uruguay, Chile, Argentina, Bolivia, Francia, Japón y Alemania.
Durante años trabaja casi exclusivamente naturalezas muertas en las que utilizando un mínimo de elementos, generalmente cacharros y frutas, y rompiendo los cánones tradicionales de la perspectiva revela un regusto por la ordenación severa de sus composiciones y una verdadera simpatía hacia la forma arquitectónica. Es evidente en este período que más que una transmisión de realidad, el objetivo es llevar los objetos y cosas a una nueva figuración y a abstracciones cimentadas en la forma y el color y en un riguroso ordenamiento de los elementos compositivos que parecen ser las más recurrentes preocupaciones del artista.
Nunca sus temas pretendieron una alusión a realidades tangibles o a preocupaciones metafísicas. Ha buscado y encontrado en ellos el perfecto soporte para explorar y someter la materia pictórica, arañando y rascando con fruición sus telas hasta conseguir el grado de expresividad deseado en la materia. Como dice el mismo artista, en su caso suele sentirse como un escultor que rasca la tela para retirar la materia sobrante e ir descubriendo debajo lo verdaderamente esencial, consiguiendo mediante ese recurso técnico ciertas transparencias y sutilezas imposibles de lograr con una pintura directa. El cuadro es un objeto único y diferente, con vida propia, que no debería estar sujeto a leyes ni reglas y en cuyo proceso de elaboración están permitidos todos los recursos que lleven a un resultado feliz.
Si bien la de Llaque es una obra fuerte, sólida, el artista no ha recurrido a trazos aparatosos ni ha sido la violencia lo que destaca en sus composiciones. Diríase más bien que una marcada sensación de equilibrio y esteticismo sereno marca sus pinturas que han ido evolucionando con el tiempo desde un cromatismo refinado y de armoniosos encuentros hacia un color más pronunciado y vital. …”